El uso de videojuegos ha crecido exponencialmente en la última década, especialmente entre los adolescentes. Aunque estos juegos pueden ser una fuente de entretenimiento y desarrollo de habilidades sociales, también se han asociado con varios problemas de salud, incluyendo el bruxismo, una condición caracterizada por apretar o rechinar los dientes, usualmente durante el sueño. La prevalencia de la adicción a los videojuegos es notablemente alta, con estudios que muestran que hasta un 33% de los adolescentes españoles exhiben signos de juego patológico. Estos patrones de juego problemático están influenciados por factores como el género, la temática del juego, y las dinámicas familiares y sociales.

Los videojuegos pueden inducir niveles significativos de estrés y ansiedad en los jugadores, especialmente en aquellos con un patrón de juego problemático. Este estrés puede manifestarse físicamente de varias maneras, incluyendo el bruxismo. Los especialistas en el tratamiento del bruxismo reconocen que el estrés y la ansiedad son factores contribuyentes significativos a esta condición. Estudios han demostrado cambios fisiológicos en jugadores con patrones de juego problemáticos, como alteraciones en la frecuencia cardíaca y en los niveles de catecolaminas, que son indicadores de estrés fisiológico. Estos cambios podrían estar relacionados con el desarrollo del bruxismo, ya que el estrés es un desencadenante conocido de esta condición.
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